La pregunta sigue siendo la misma: ¿Cuándo dejaremos de cometer estupideces? Mientras voy pensando en los acontecimientos actuales me dirijo al bar y pido un Tequila, después de todo, hoy necesito algo cegador.
Aún no me puedo explicar cómo siendo unas criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios distamos tanto de él. En la película de Contacto, cuando los “extraterrestres” se comunican con Ellie, le dicen: “Ustedes, los humanos, son unas criaturas excepcionales, capaces de tener los más hermosos sueños y de realizar las peores pesadillas” y es cierto.
Tuve una presentación hace unos días donde me pedían que hablara un poco sobre mi experiencia en el ámbito de la escritura. Ahí platiqué sobre mis pequeños libros no publicados
“El diario de patricio”,
“Bobby” y
“Ecos Silenciosos”, la cual es una obra de teatro echa a forma de monólogos. Todos terminan siempre interesados al saber que los monólogos son sobre el holocausto judío y que toca los temas de un Soldado, una Judía y un Homosexual ,y cuál es su experiencia sobre el mismo tema.
Para poder realizar esa obra me tardé mucho, puesto que tuve que investigar todo lo referente al holocausto, pero el resultado fue tan bueno, que al terminarse la obra, el invitado principal, el señor
Shié Gilbert, un sobreviviente judío del holocausto, me felicitó y me dijo que lo llevé de tal forma en la historia, que era como si lo estuviera viendo todo de nuevo.
Ahora bien. Intentaré hacer un resumen de los monólogos sacando lo más interesante de cada personaje.
El primero es el soldado. Él inicia diciendo:
“¿Y por qué habría de sentirlo? Yo sólo cumplía con mi deber, y mi deber era matar judíos. A mi no me importaba si la persona tuviera o no familia, si fuera joven o vieja, si era hombre o mujer. Yo sólo cumplía con mi deber.”
Y es cierto, todos tenemos órdenes que cumplir, con la diferencia de que si él no quiere hacerlo no sólo lo matan a él por insubordinación y traición, sino su esposa, hijos, padres, etc.
“Al llegar al campo (de exterminio) se me dieron mis primeras instrucciones. Debía cuidar que nadie escapara haciendo rondas por todo el campo. Se me proporcionó mi pistola y se me dijo: úsala cuando haya que hacerlo, y cuando no también…”
“Una vez presencié cómo alguien había escapado, pero no dije nada. Al principio creí que sería lo mejor para él, pero estaba equivocado.
Al saberse que alguien había escapado, mi general mandó matar al instante al 70% de las personas que se encontraran con vida.”
“No sé si merezca un castigo, no sé qué tanto haya hecho mal.
Me arrepiento, si. Me arrepiento de haber matado, de haber hecho sufrir a mi familia…
Murieron más de 4 millones de personas en un solo campo; 4 millones a las que les di la espalda.”Qué compleja la situación de éste hombre. Un hombre de familia, de principios, con educación, reducido a un asesino por cumplir las órdenes. Un hombre que tiene conciencia y que sabe que pudo haber hecho algo, pero eso implica más que su propia persona.
El siguiente personaje es el homosexual.
“
AMADO… ¿hace cuánto que no me sentía así? Creo que desde que nos separaron a Adelbert y a mi y nos llevaron a diferentes campos de concentración. Nuestro único delito fue amarnos. ¿Qué tenía de malo amarnos? El amor no se obliga, el amor surge espontáneamente entre dos personas.
Yo no elegí enamorarme de él, bueno, creo que sí lo elegí, y lo elegí cada día que estuve con él y aún cuando no lo estuve….
Discúlpame, estoy llorando de nuevo, pero entiéndeme, sigo sin comprenderlo. ¿Qué tiene de malo ser como yo era? ¿Qué tiene de malo ser homosexual?”
“Traté de hablar con ellos. Traté de explicarles que no había hecho nada malo, pero todo fue inútil, cada vez que abría mi boca me propinaban un golpe, así que dejé de alegar y acepté todo."
“Al día siguiente fui trasladado a Belzec entre gitanos, judíos y criminales menores. Nos pusieron como ganado en camiones de ferrocarril completamente llenos. No había lugar para nadie más. Nunca me imaginé que tanta gente pudiera caber en esos vagones.”
“Tomé unos harapos que estaba en el suelo, pero de pronto oí que dijeron mi nombre y me extendieron una ropa diferente. Tenía un triángulo rosa invertido. Ésa sería mi vestimenta, y yo sería oficialmente identificado como un homosexual.”
“En las barracas no fue la excepción. Los hombres se alejaban de mí y no permitían que los niños se me acercaran. Eso era algo realmente devastador, yo adoraba a los niños, pero ahí no me permitían acercármeles porque decían que los pervertiría o que los violaría, que eso era lo que los homosexuales hacíamos.
Nunca abusaría de alguien, mucho menos de un pequeño niño. ¿Por qué me creían un monstruo? Lo admito, mis preferencias sexuales no son lo más común, pero no son malas, ni me hacen una mala persona, me hacen diferente. Soy diferente como todos los demás. El que fuera tachado como un depravado fue un duro golpe que recibí dentro del campo.”
“Me comentó las brutalidades que les hacían a los homosexuales en los otros campos, que hacían experimentos con ellos, que a algunos los habían castrado con el pretexto de ver qué reacciones tendrían, que a muchos más los habían violado.”
“Adelbert y yo fuimos seleccionados para morir en las cámaras de gas. Ya no teníamos aquellos cuerpos de antaño. Ahora éramos esqueletos que caminaban casi inanimados. Teníamos heridas por todo el cuerpo, habíamos perdido dientes debido a golpizas que nos daban los soldados.
No recuerdo mucho lo que ocurrió, pero nos metieron a unos cuartos y cerraron las puertas.
Morimos asfixiados, pero juntos.”
Qué terrible! Cómo se osa castigar a unas personas por ser diferentes. Unas personas que no escogen su situación.
Algo es cierto, ya no metemos a la cárcel por delitos contranatura a los homosexuales, pero los seguimos discriminando, negándoles derechos, algunos más enfermos de la cabeza los asesina.
Por último tenemos el personaje de la Judía.
“Nunca supe por qué se me odiaba por ser judía. Nunca entendí por qué se me persiguió y humilló, pero llegué a aceptarlo a tal grado que me parecía normal que me golpearan.”
“Dentro de nuestra desesperación mamá dijo que había que agradecer a Dios por estar juntos. Por su parte papá, se asomó por la ventana, miró fijamente a través de ella y volteó para abrazarnos y comenzó a decir una oración de agradecimiento.”
“El soldado me arrojó al piso...
Los minutos me parecieron horas, sentía que iba a volverme loca. Fue horrible, su risa, su violencia, su odio. Me sentí desecha, humillada, ultrajada. Sentí que lo más profundo de mi ser se desgarraba. A mis pies se abría un inmenso pozo al cual caía y parecía nunca tocar fondo.”
“En poco tiempo cortaron mi cabello, revisaron mis dientes, mis ojos y en cuestión de unos cuantos minutos perdí mi identidad. Ya no era más Helena Birnbaum, ahora era 556,525. Cuando pregunté que qué era lo que me estaban haciendo un soldado me dijo: “Te estamos deshumanizando, eso es lo que te estamos haciendo”, y así era verdaderamente.”
“El campo de concentración era un infierno en la tierra. Donde quiera que miraba había odio, necesidad, pero sobre todo había muerte.
Si pasabas frente a un soldado y no saludabas, te disparaban. Si veías a la cara a algún general te disparaban. Si no caminabas lo suficientemente rápido te disparaban. Si no podías levantar algo pesado te disparaban. Si te sentabas te disparaban.....”
“De pronto cerraron las puertas y apagaron las luces. La gente gritó.
Percibí un olor extraño y poco a poco sentí que se me quemaba la garganta, no podía respirar, me estaba asfixiando.
Traté de gritar… traté
Caí al suelo, hice movimientos desesperados y de pronto, sentí paz.”
Así es cómo las personas dejamos de ser individuos, seres pensantes, seres humanos y pasamos a ser, monstruos, objetos, víctimas y victimarios
Tres historias diferentes, un acontecimiento en común.
La verdad es que el recordar estas líneas me estremece. El recordar cuando presenté la obra y ver los rostros de las personas y cómo algunas se veían tristes, el recordar el reportero del periódico del TEC roncando en plena función me da risa, pero el recordar al señor Shié Gilbert, hablando, mostrando su tatuaje con su número de prisionero, diciendo que volvía a vivir aquél tren insoportable, el adiós a la distancia de su hermano y las veces que quiso aventarse a la reja eléctrica me deja pensando cuándo YO volveré a ser humano y sólo pido que sea pronto.
Eso si, mientras espero que eso pase, me tomo un buen tequila, y me dirijo a la Iglesia de Corpus Christi con mi amigo el cura a confesarme. Quién sabe, tal vez uno de estos días se me haga el milagrito.